CUANDO EL CONCEPTO...

Cuando el concepto de "ciudad", "nación", "país" lo traemos desde sus significantes abstractos, a la más pura realidad, nos damos cuenta que no es otra cosa que un eufemismo por "familia y todo lo que ella implica", insertándonos con los roles que corresponden a todo grupo social.
Es decir, una gran familia sentados a la mesa, claro, simbólicamente, cuando hay algo que "poner" sobre ella.
Si pretendemos ocupar el rol de "cabeza de familia" y manejar los destinos de ella, deberemos ser lo suficientemente sensatos y serenos y responsables, (he aquí el quid de la cuestión), como para que todos los miembros integrantes se sientan contenidos, protegidos y tomen como modelo a quien los está "gobernando", se entiende?, digo, el mensaje?
Si se coloca uno en esta gran sociedad que llamamos ciudad, pueblo, aldea, o comunidad, en el lugar de "madre", entonces nos encontramos con otra responsabilidad no menos importante que la del padre, generalmente cuando uno se dirige a pensar y poner en imágenes la Patria, la Nación, la Ciudad, etc. se le asigna el artículo "la".
Eso conlleva a pensar que, en realidad el sentido de contención es asignado a un rol femenino, nada más y nada menos. Solo le quedaría al varón, "El" país, y no suena menos, digamos, emocionante que cuando uno nombra y siente la Patria, en nuestro caso, Argentina, representada por una mujer con un gorro frigio rojo, la Nación, no nos hace pensar en donde uno NACE? y cuando se nos da por hablar de nuestra ciudad, no derivamos en el barrio que nos vio abrir los ojos? (aunque después los cerremos, como para no ver, entonces si necesitamos aún que nos manejen nuestros destinos, si estamos aún en la etapa adolescente como integrantes de la ciudad o donde nuestra raíz crece (claro, en muchos casos para abajo, enterrándonos cada vez más, aunque parezca una paradoja), decía, si estamos en la etapa de tanta crítica a quienes nos gobiernan,(que no deberíamos criticar, sino aprender a elegir) por qué no maduramos y seguimos "bancándonos" tanta injusticia y tanto manejo despiadado, solamente blasfemando, por qué permitimos que no nos permitan crecer, valga el juego de palabras, por qué nos quedamos en esta posición cómoda y patética de soportar? Será por eso? porque aún no maduramos?
Como digo en el poema:

"Cada hormiga rumiando
sus angustias desesperadas,
aquí, la multitud sentenciada..."

Sentenciada...autosentenciada a la pasividad extrema, es decir volver o continuar en la más tierna infancia donde necesitábamos llorar para que se enteraran de que necesitábamos la teta.

SUSANA GEA / 2010