Desandando ideas y reflexiones.

DESANDANDO IDEAS Y REFLEXIONES, COMO LAS CARTAS QUE NUNCA SE HAN ESCRITO...HAY PALABRAS OCULTAS QUE NUNCA ASOMAN...

jueves, 30 de septiembre de 2010

¿Planto un árbol o planto soja?


Cuando tratábamos de vivir de acuerdo a premisas, lemas, y demás "imposiciones" para cumplir con eso que llamamos "la vida", teníamos un mandato cultural que nos marcó, sobre todo a una generación de adolescentes que pugnaba por ser adultos.
"Tener un hijo, escribir un libro y...plantar un árbol", en el orden en que se iban dando nuestras prioridades.
Hoy día, esta pseudo-orden paterno-cultural, se ha aggiornado de tal manera que sería, más o menos así:
"Planifique la paternidad, vea TV, o conéctese a Internet y...plante soja", aquí la prioridad dependerá de usted y en que zona viva.
Por ejemplo: si vive en zonas donde la televisión no llega, o lo que no llega es la posibilidad de adquirir un aparato, y tampoco podrá acceder a una biblioteca, y menos a comprar libros ni siquiera para los niños en edad escolar, o bien, la peregrina idea de tener en su casa una pantalla que, al encender la máquina, diga: Google!, la paternidad pasa a ser un estado prioritario, planificada o no. Escribir un libro? si no hubiese un grado importante de desalfabetización, quizás sería un best-seller si contaran la historia de sus magras vidas.
Plantar un árbol, para qué?, esperar años para "matear" a su sombra y de golpe, zas! se despierta una mañana y se encuentra con toda una parafernalia desmontando aquello que una vez usted plantó para no quedarse afuera de la imposición cultural, o para que el Pampero no le vuele el rancho.
Que nos queda? la soja. Pero claro, como aquél arriero de Yupanqui:
"las penas son de nosotros...las vaquitas (la soja) son ajenas"
Y somos ajenos a la plantación, la cosecha, la industrialización, y sobre todo, a obtener ganancias ni siquiera plantando perejil en lo que había sido la paila e' cobre de la mama vieja, y que para que no lo ataquen plagas, digo, de las de antes, no las de ahora, (agroquímicos, fumigaciones no permitidas, monopolios, industrializaciones coimeras, globalización, etc.), usaban el tabaco del cigarro del tata.
Pero...poco y nada sale a la luz, menos a las de los "tucu-tucu" o coyuyos, (luciérnagas, para los de la ciudad) salvo en contadas ocasiones donde se hizo pública la intoxicación, las alergias y demás consecuencias de esta manera tan aberrante de preservar, en este caso la plantación de soja, pero no de la salud de los habitantes linderos a la zona.
Y como siempre se investiga primero a la víctima de estas agresiones desmedidas a la salud y a la dignidad del hombre que la padece, la Justicia (debería escribirlo con minúscula), propone
que los intoxicados tienen que demostrar las afecciones en la salud, aunque hubo una innovación donde los agricultores y demás yerbas deben demostrar previamente la inocuidad de los productos utilizados, también deberían demostrarnos que no habrá "coimas", ni negociados paralelos.
Así las cosas, me pregunto: ¿Si planté varios árboles, tuve hijos, escribí un libro, debería plantar soja?


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